27 ene 2012

La verdadera Historia de las Cosas (3)


Esclavismo, sobreexplotación de los recursos, residuos, cambio climático… son factores que aceleran y agravan las situaciones de extrema pobreza porque terminan afectando a las poblaciones que se asientan en los lugares más vulnerables y explotados. Sus sistemas económicos autárquicos les permitían contar con los recursos suficientes para cubrir sus necesidades vitales, pero el cambio climático está provocando grandes períodos de sequía que trae como consecuencia las hambrunas con la aparición de enfermedades que se agravan por la falta de agua potable. El mundo desarrollado no es ajeno a estos efectos.

No queda ahí la cosa: alimentos básicos como los cereales, que cultivaban para autoabastecerse y que a veces son los únicos nutrientes de los millones de hambrientos, han acabado siendo expuestos a la cotización de unos mercados que buscan por encima de todo los beneficios mediante maniobras especulativas. El comercio mundial está manejado por multinacionales que se desentienden de las hambrunas del planeta. El mendrugo que se podría llevar el pobre a la boca cambia de manos porque tiene propietario. A la humanidad le haría bien procurar resistirnos cuanto podamos a ser cómplices de un sistema que, además de injusto puede llevarnos al borde del abismo.

En todas las crisis, la riqueza no desaparece como por arte de magía. Como el agua, que con el calor se evapora, así el dinero que empezaba a aliviar a las clases medias y bajas, se "evapora" y va a parar allá arriba, a las manos de los cada vez más ricos. Lo que ocurre es que el agua vuelve a caer en forma de lluvia y revitaliza los campos. Pero, ¿quién ha visto caer de las manos de los ricos el dinero que "se evaporó"?

COMIDA PARA TRATAR EL HAMBRE EN EL MUNDO
El capitalismo le gana la partida a los estados porque éstos se someten al inmenso poder de los propietarios del planeta, que han amasado su riqueza secuestrando la riqueza producida por el resto de los mortales. Solo la unión de todos los poderes que yo llamaría “democialistas” serían capaces de redistribuir toda esa riqueza, fruto de la apropiación fraudulenta. Quizás bastaría con que la inversión en el tercer mundo revirtiera en beneficio de sus poblaciones y no continuara su actual expolio (Ver más sobre estas ideas en CórdobaÉtica2mil48, pág. 30).

Moderar el consumo de los que todavía poseen algunos medios no hundiría el sistema si los miles de millones de personas que rozan la pobreza poseyeran cierto poder adquisitivo para vivir dignamente. Aunque se consiguiera esta necesaria redistribución de la riqueza por medio de un trabajo y el salario justo, la producción mundial solo se podría mantener de forma sostenible si realmente se recicla, se reutilizan las materias primas, se sustituyen las energías contaminantes por las energías limpias y se imponen las correctas políticas medioambientales. Pero nos acabamos de enterar de que el gobierno ha retirado las primas a las energías renovables dentro del plan de recortes. Sin duda es una mala noticia y un error gravísimo.

El vídeo que presento a continuación –que ha inspirado el título de estos post– trata de concienciarnos mediante el conocimiento de la realidad que se nos oculta. Nos ofrece argumentos para estar en disposición de hacer nuestras compras más moderadas y selectivas, al mismo tiempo que nos haría más exigentes con los programas políticos que decidirán qué futuro le espera a la humanidad y al planeta.
Recomiendo no perderse este vídeo informativo; merece la pena dedicarle nuestro tiempo.


  DESPUÉS DE VER ESTE VÍDEO HASTA EL FINAL NUESTRA ACTITUD PUEDE CAMBIAR  

19 ene 2012

La verdadera Historia de las Cosas (2)


Como son evidentes los efectos positivos que se derivan del consumo –brevemente expuestos en la entrada anterior– propongo avanzar un poco más en este empeño por descubrir los efectos negativos que puede haber en el origen, en la comercialización y en el desecho de los múltiples productos que consumimos o poseemos, de los que disfrutamos habitualmente por necesidad o por cualquier otra motivación.

En la actualidad, a los sesenta y tres años de declarar y reconocer los derechos individuales de todos los seres humanos, aún sigue siendo una triste realidad la explotación del hombre –con frecuencia niños– por el hombre, en condiciones propias de un sistema esclavista. Las consecuencias son la perpetuación de la pobreza en las regiones del mundo menos desarrolladas cuando, paradójicamente, la producción mundial de recursos y riqueza aumentan. Bajo la piel de la postmodernidad, persiste en lo más íntimo del ser humano la misma incertidumbre de lo antiguo. Sobran las mismas lágrimas, el mismo sufrimiento, el mismo odio. Con la revolución de la técnica, ¿qué ha mejorado en la convivencia? (Leer en la barra de páginas CórdobaÉtica2mil48. Cap. 3, Las torpezas del homo sapiens. ¿Avanzamos?)

Otro efecto indeseable  es el agotamiento de los recursos, de las materias primas y de las fuentes de energía porque se está esquilmando desenfrenadamente la naturaleza en beneficio de las minorías que ostentan el poder sobre el planeta. En este sentido, el último encuentro internacional en la cumbre de Durban para poner freno al cambio climático ha sido un triste desencuentro. 

Tampoco es una buena noticia el que, si se aprueba la nueva ley brasileña, se puedan poner en peligro 79 millones de hectáreas de selva amazónica, el pulmón vegetal más importante del planeta. Ni hay que olvidar la impotencia o falta de voluntad política para resolver el gravísimo problema de la acumulación de todo tipo de residuos, en especial los radiactivos.

Lo peor de todo es que la ceguera que practican las grandes potencias, lacayos de las multinacionales en la búsqueda sin control de beneficios, nos está llevando a un peligroso punto sin retorno, lo que hace unos años llamaba situación protoirreversible (CórdobaEtica2mil48. Cap. citado). Mientras, en el llamado tercer mundo, se están elaborando los productos a bajísimos precios a costa de la explotación en condiciones inhumanas de las poblaciones más pobres.

Quizás convenga saber, si queremos poner remedio a esta locura, que a todo ello contribuye, de un modo casi siempre inconsciente e inducido, la obsesión consumista del mundo desarrollado. Tal vez un consumo más razonable podría poner freno a esta grave situación.
Continuará…

9 ene 2012

La verdadera Historia de las Cosas (1)



Afrontamos la “cuesta de enero” asediados por la crisis, pero atraídos hacia el consumo por el señuelo de las “rebajas”. No osaría recomendar moderación en este trance porque el sistema, como cualquier dios antiguo, exige constantemente víctimas propiciatorias. Sin el consumo, la crisis y el paro se agravarían, ahora bien, consumiendo de forma compulsiva, el sistema que nos ha traído la crisis se realimenta empezando a incubar la siguiente crisis.
A estas alturas creo que estamos en condiciones de comprender que nos vemos atrapados ante el chantaje oculto de tener que apoyar reformas –que nos matan primero para resucitarnos después– ante la amenaza del paro y el temor a que se hunda el tinglado. Individuos, empresas y estados se entrampan hasta las cejas por medio de préstamos; créditos cuyos abundantes beneficios engrosan los bolsillos de los que pertenecen a eso que llaman los mercados, que nos incitan con la publicidad a vivir para consumir.



Mantener a toda costa la espiral ascendente del consumo para conseguir un aparente estado del bienestar provoca indirectamente dos efectos contrarios: uno, el del empleo, la producción y el progreso, que suponen mejorar el nivel de vida material y cultural de una parte de la humanidad, aunque esté acabando por enriquecer a unos pocos dejando a muchos en el umbral de este falso paraíso; otro, amargo y suicida, el de la explotación de los trabajadores, el empobrecimiento paradójico, el agotamiento de los recursos, la acumulación de residuos, la contaminación y el cambio climático.



El propósito de estos posts no es desanimar a nadie que decida aprovechar las oportunidades de comprar más barato aquello que realmente necesita. De lo que se trata es de poder compartir mi reflexión desde el conocimiento de una realidad que la publicidad nos oculta. Completaremos la reflexión en las siguientes entradas.

1 ene 2012

Paz y justicia en 2012

   ¡Feliz, solidario, justo y pacífico 2012!   


Ofrezco esta versión de uno de mis antiguos poemas referidos a estas fiestas:

A los niños sin pesebre, feliz 2012.
A los niños con moscas en los labios, feliz 2012.
A los niños agarrados a tetas famélicas, feliz 2012.
A los niños con pesadillas de sida, feliz 2012.
A las niñas con senos violados, feliz 2012.
A los niños que juegan con Kalhasnikov, feliz 2012.
A los niños invisibles, feliz 2012.
A los que se atreven a sustituir a dios por el Amor, feliz 2012.