26 mar 2015

MARCHAS DE LA DIGNIDAD 2015


A pesar del día lluvioso, a Madrid llegaron de nuevo las Marchas de la Dignidad. Las inclemencias del tiempo no arredraron a decenas de miles de personas de todas las tendencias sociales que bajo el lema “Pan, techo, trabajo y dignidad” se concentraron en la plaza de Colón. Si bien no superó en número a las del año pasado, sí las superó en cuanto a la organización, que fue impecable. Se mejoraron en dos aspectos: En primer lugar, se establecieron dos puntos de acceso a Colón, uno desde Atocha y otro desde Castellana, con lo que se evitó el colapso del año pasado; en segundo lugar, se establecieron unos estratégicos y fuertes cordones de seguridad que consiguieron que los tres días de las marchas transcurrieran sin incidentes, especialmente en la concentración de la plaza de Colón.


Fueron pasando por la tribuna distintas voces pidiendo, además de pan, techo, trabajo y dignidad, entre otras reivindicaciones justas, que los responsables políticos atendieran las necesidades del pueblo antes que los intereses de los bancos, reclamando más democracia y acabar con la corrupción. Cumplido el horario acordado, se inició el regreso de los participantes con orden, calma y con la satisfacción de haber participado en un acto de ciudadanía responsable.


Pese a esta realidad de justa y festiva manifestación democrática de los problemas sociales que está padeciendo la gente, ningún medio informó sobre el desarrollo pacífico, de sus reivindicaciones ni del éxito de las mismas. Los informativos dieron la noticia claramente manipulada comunicando que al final de las marchas se produjeron unos disturbios que acabaron con la detención de diecisiete violentos.


En cambio ocultaron que los hechos violentos ocurrieron bastante después de acabadas las mismas y en un lugar muy distante de la plaza de Colón como es la Puerta del Sol, en cuyos aledaños tuvieron lugar los enfrentamientos entre la policía y un grupo de radicales que emplean métodos y fines que no tienen nada que ver con los métodos pacíficos y los fines de las marchas.



Es justo que la opinión pública conozca los hechos tal como ocurrieron y no se deje engañar por unos medios que, en su mayoría olvidan los problemas del pueblo y el derecho de la ciudadanía a manifestar pacíficamente sus reivindicaciones. De este modo, los medios se convierten en fieles servidores del poder desentendiéndose de su papel social de informar ateniéndose a la verdad.