Fueron pasando por la tribuna distintas
voces pidiendo, además de pan, techo, trabajo y dignidad, entre otras reivindicaciones justas, que los responsables políticos
atendieran las necesidades del pueblo antes que los intereses de los bancos,
reclamando más democracia y acabar con la corrupción. Cumplido el horario
acordado, se inició el regreso de los participantes con orden, calma y con la
satisfacción de haber participado en un acto de ciudadanía responsable.
En cambio ocultaron que los hechos
violentos ocurrieron bastante después de acabadas las mismas y en un lugar muy
distante de la plaza de Colón como es la Puerta del Sol, en cuyos aledaños
tuvieron lugar los enfrentamientos entre la policía y un grupo de radicales que
emplean métodos y fines que no tienen nada que ver con los métodos pacíficos y
los fines de las marchas.
Es justo que la opinión pública conozca los hechos tal como ocurrieron y no se deje engañar por unos medios que, en su mayoría olvidan los problemas del pueblo y el derecho de la ciudadanía a manifestar pacíficamente sus reivindicaciones. De este modo, los medios se convierten en fieles servidores del poder desentendiéndose de su papel social de informar ateniéndose a la verdad.